En plena temporada de recolección de hongos, debemos destacar Ayerbe, el Moncayo, Albarracín, el Valle de Tena o las Cinco Villas son localizaciones imprescindibles de Aragón que atraen el turismo de aquellas personas que gozan sus vacaciones buscando hongos. Tras el primer contacto, los turistas vuelven en Semana Santa y en verano (fuera de temporada) porque se quedan alucinados con la belleza de Aragón.
No está en tela de juicio el valor culinario de las setas unido al disfrute de la recogida como actividad ocio cultural. Así, muchas muchas zonas aragonesas experimentan un pico turístico en esta época del año, debido, en concreto, a especies otoñales tan apreciadas como la seta de cardo, el robellón, la seta de chopo, los boletus, las trompetillas o las senderuelas.
Las setas más buscadas en Aragón por su apreciado valor gastronómico son:
- La seta de cardo es con diferencia la más apreciada en todo el territorio nacional y puede aparecer incluso en campos y barbechos cerca de áreas metropolitanas. Recibe ese nombre porque habita sobre las raíces del cardo corredor.
- Seta de chopo. Otra de las setas más buscadas en Aragón es esta especie parásita que crece sobre tocones de chopos muy antiguos o en descomposición (de ahí su nombre). Lo habitual es que crezca en estos árboles, pero también puede darse en olmos, álamos o mimbreras. Su pie es leñoso y no se debe consumir y tiene una especie de anillo en la parte superior coronado por un sombrero de color crema tirando a marrón.
- El robellón es otra de las setas más apreciadas para el consumo. Es una de las setas más fáciles de identificar. Es recomendable cortar siembre el pie en aquellos robellones que generen dudas para hacer que brote ese liquidillo anaranjado.
- Si hay una seta que se preste para muchos platos es el Boletus. Podemos preparar con ella casi cualquier cosa y siempre es una delicia. Esta seta tiene muchas aplicaciones y juega también con el añadido de que se distingue rápidamente en pinares, hayedos y coníferas.
- La amanita caesarea crece en encinares y robledales. Tanto el pie como las láminas son de un color amarillento mientras que el tono de la piel del sombrero es naranja. Hay que tener precaución para no confundirla con la Amanita phalloides (especie tóxica).
- Trompeta amarilla. Esta apreciada seta comestible suele crecer entre el musgo y en pinares y abetos. Recibe su nombre debido a que tiene el pie amarillo y el sombrero tiene forma de flor de color marrón. Tiene la ventaja de que es una especie que no tiende a confundirse con otras setas ya que por debajo del sombrero no tiene láminas sino pliegues, de modo que es muy fácil reconocerla.
- Del mismo género y muy apreciada a pesar de su nombre es la Trompeta de los Muertos, otro excelente ejemplar comestible con color negruzco, de superficie lisa y sin láminas, que al igual que a la trompeta amarilla crece siempre en zonas húmedas y musgosas.
- La senderuela o seta de carrerilla nace en prados formando corros entre la hierba, haciendo una especie de caminito. Solo es consumible el sombrero porque el pie es leñoso y hay que tener precaución ya que comparte hábitat con la especie tóxica Agrocybe semiorbicularis. No se parecen en nada pero se puede colar alguna.
En cualquier caso, es necesario tener un mínimo de conocimiento sobre estas y llevar a cabo la recogida de forma segura. Hay que ser conscientes de que la recogida de setas debe ser respetuosa con el medio ambiente . Conviene llevar las setas en un recipiente aireado, procurar hacer la recolección con la vista y no usar nunca rastrillos ni objetos de este tipo que levantan la capa de tierra y matan al hongo.
Por último y lo más importante de todo, es hacer saber al lector que si no se es un experto en la materia conviene (debería ser obligatorio) salir al campo acompañado de una guía ilustrada ya que casi todos los hongos comestibles tiene su doble tóxico.