La Rioja es identificada normalmente con vino, bodegas y bares. Pero también tiene una riqueza fuera del vino y del ocio que deja boquiabierto al turista más exigente. Monasterios, catedrales y una maravillosa riqueza natural con un sinfín de rincones rurales, a veces desconocidos incluso para los propios riojanos. Aquí van una lista de imprescindibles si viajas por la tierras riojanas:
1. Monasterio de Yuso y Suso (San Millán de la Cogolla): Forman parte del conjunto monumental de dos monasterios. En castellano antigua yuso significaba abajo y suso arriba. Siempre se dice que San Millán de la Cogolla es la cuna del español porque, en el Siglo XI, por primera vez, se dejaban por escrito palabras y frases en castellano y en euskera con intención literaria. Son las Glosas Emilianenses. En el Salón de los Reyes se encuentran las lápidas conmemorativas del milenario de la lengua castellana y euskera, así como una reproducción facsímil del Códice 60.
El 4 de diciembre de 1997 los monasterios de San Millán, Suso y Yuso, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en Europa, reconociéndose de esta forma el valor excepcional del sitio en el que por primera vez se escribió en español, segunda lengua más hablada a nivel mundial. Este galardón viene avalado tanto por razones históricas, artísticas y religiosas como por motivos lingüísticos y literarios. Ninguna otra lengua conocida puede ser atribuida y asociada a un monumento y un entorno natural tan singularizado y concreto como San Millán.
2. Catedral de Santo Domingo de la Calzada (Santo Domingo de la Calzada): La primitiva iglesia románica fue construida alrededor del año 1.100, pasando a ser colegiata hacia 1158 y catedral en 1232, siendo desde entonces sede del obispo de Calahorra-La Calzada. En la actualidad Catedral es la de Calahorra, siendo concatedrales las de Logroño y Santo Domingo de la Calzada. Está construida como una iglesia de peregrinaje porque se encuentra en el camino aragonés a Santiago de Compostela, con un característico deambulatorio tras el altar mayor, que permite la circulación dentro de la catedral.
Esta catedral también tiene sitio para la leyenda. En fecha sin determinar, un matrimonio alemán y su joven hijo, Hugonell, se dirigen en peregrinación a Compostela. Al llegar a Santo Domingo se hospedan en un mesón. La hija del posadero se enamora del joven, pero al no ser correspondida decide vengarse ocultando una copa de plata en el equipaje del joven. Cuando éste abandona la ciudad la muchacha denuncia el robo. Al ser capturado, se encuentra la copa entre sus pertenencias por lo que es acusado de robo y condenado a la horca. Al día siguiente, sus padres, antes de emprender el viaje, van a ver el cuerpo de su hijo, quien sorprendentemente estaba vivo y les dice: “El bienaventurado Santo Domingo de la Calzada me ha conservado la vida contra el riguroso cordel… dad cuenta de este prodigio”. Los padres acuden a contar el suceso al corregidor de la ciudad, pero éste, escéptico, comenta que el joven está tan vivo como el gallo y la gallina asados que se dispone a comer. Al instante las aves recuperan las plumas y la vida, dando fe del portentoso milagro. De ahí el dicho:
“Santo Domingo de la Calzada
donde cantó la gallina después de asada”
3. Cuevas de Ortigosa de Cameros (Ortigosa de Cameros): Las Cuevas de Ortigosa son una cita obligada para el turista que se encuentre en tierras riojanas. Las cuevas se hallan en el macizo del Encinedo, macizo calcáreo formado en el Jurásico. Las cuevas son el resultado del poder del agua frente a las calizas y de como, bajo determinadas condiciones climáticas, dan lugar a espectaculares estructuras. Se realizan visitas guiadas desde marzo hasta noviembre (aprox.). La Gruta de la Paz posee en su interior espectaculares muestras de estalactitas, estalagmitas, columnas, etc. y muchas estructuras que son una bendición para la vista. La Gruta de la Viña cuenta con un rico conjunto de estalactitas de un blancura brutal y el visitante cree encontrarse en otro mundo y en otro sitio.
4. Vivanco (Briones): Cuando alguien disfruta unos días en La Rioja debería ser obligatorio que visitara, por lo menos, una bodega. Desde viajessingle proponemos la bodega-museo de Vivancos, en la localidad de Briones. El objetivo de la visita guiada es que el asistente aprenda un poco más sobre el vino a la que se divierta en una visita que no deja desde luego indiferente a nadie. Además hay que poner en valor que cuentan con una fundación cuyo objetivo es divulgar la historia del vino, su paso por la literatura o el cine, así como promover la investigación. La fundación cuenta con museo, centro de documentación y editorial.
Calle Laurel (Logroño): Para acabar la visita por tierras riojanas, que mejor que celebrarlo en las calles de Logroño. Sobre todas ellas, en términos de ocio, destaca la Calle Laurel, seguramente la calle de pinchos y tapas más famosa del tercio norte español.A finales del Siglo XIX las gentes de Logroño no tenían acceso a la calle Bretón de los Herreros porque un edificio que se encontraba en lo que hoy es la Travesía del Laurel lo impedía. Debido a las quejas de los vecinos, el edificio finalmente fue derribado en 1878. Gracias al derribo se creó el bar más antiguo de Logroño, el ‘Blanco y Negro’, que hoy continúa siendo uno de los referentes de la Laurel con sus bocatitas de anchoa y pimiento verde. Con el paso del tiempo fueron estableciéndose cada vez más bares con sus vinos de la tierra y pequeñas raciones de queso o embutido. Hoy la Calle Laurel se ha convertido en un lugar de encuentro en el que turistas y lugareños comparten ocio y diversión.